Una de las consecuencias más directas de las medidas económicas del Gobierno nacional se refleja en la mesa de los jujeños, donde desde comienzos de año faltan un 17,5% de platos con carne vacuna, un 14,5% de lácteos y un 45% de panificados.
Carnes, leche y pan son históricamente los pilares de la dieta argentina, pero según los analistas, el consumo de carne bovina, durante el primer cuatrimestre del año, fue de 42 kilogramos per cápita: 4,5 kilos menos que el registrado en el último cuatrimestre de 2023 (48,5).
El consumo de leche fluida, en la primera parte del año, cayó un 19,6% y el de leche en polvo, un 30,4%, en comparación con el mismo período del año pasado.
Asimismo, desde los sectores panaderos advierten una merma del 45% en la venta de pan.
Adrián Rivero, comerciante dueño de una panadería en el Barrio Industrial de Alto Comedero, comentó que la venta de pan “bajó más de un 40% en los últimos meses”.

“Hay gente que no está pudiendo comprar todos los días. El pan aumentó 200 pesos más por kilo y se siente en el bolsillo”, dijo en diálogo con UnjuRadio.
Además, contó que las compras ya no son por kilo: “compran 200 pesos de pan, que son uno o dos mignones”.
En relación al impacto de la recesión en su negocio, comentó que en ocasiones “no puedo comprar la mercadería”, y que los servicios “aumentaron muchísimo”.
También remarcó que “están cerrando locales en la zona”, y que los que se instalan “no duran más de unos meses” y tienen que cerrar por la falta de consumo.
“El presidente tiene que darse cuenta que así no se puede subsistir”, agregó.
De este modo, a pesar de los datos de inflación a la baja, la caída del poder adquisitivo se siente incluso en los consumos más esenciales.
