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La vacuna argentina contra el coronavirus “ArVac Cecilia Grierson” podría entrar en fase 1 en 2022

La vacuna contra el coronavirus en desarrollo, es el primer proyecto seleccionado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) en el marco de la Unidad Coronavirus que integra junto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y el Conicet.

Se está desarrollando en conjunto con la Universidad de San Martín (Unsam) y será utilizada como un “booster”, un refuerzo de otras, y los ensayos con voluntarios de fase 1 podrían comenzar a principios de 2022, aseguró este lunes el presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (I+D+i), Fernando Peirano.

El funcionario destacó que el proyecto de la vacuna argentina contra el coronavirus “Arvac Cecilia Grierson”, dirigido por Juliana Cassataro, del equipo del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín y el Conicet, es “el que está avanzando más rápido”.

El proyecto que lleva adelante el grupo interdisciplinario de investigadores e investigadoras obtuvo dos prototipos de vacuna que en estudios en modelos animales demostraron capacidad para inducir muy buenos niveles de anticuerpos neutralizantes del virus y respuesta inmune celular T, en línea con los requerimientos actuales para vacunas que previenen la Covid-19.

El conocimiento previo acerca de la seguridad de este tipo de vacunas, vuelven a la ‘Arvac Cecilia Grierson’ una candidata posible a ser aplicada en bebés, niñas/os, adolescentes, personas embarazadas o inmunosuprimidas, como así también en la población en general.

Según indicaron, las vacunas de subunidades basadas en proteínas recombinantes son más estables y menos dependientes de la cadena de frío, lo que las hace más económicas, fáciles de producir y de distribuir.

“La expectativa es que bien a principio del año que viene comience el trabajo en voluntarios, es decir la fase 1, para probar la seguridad y la eficacia de esa vacuna”, señaló Peirano en diálogo con radio AM 750.

En junio, la Agencia I+D+i aprobó un apoyo de 60.000.000 de pesos para concluir la etapa preclínica de la realización de los ensayos de seguridad y capacidad inmune correspondientes y avanzar hacia las etapas clínicas que evalúen seguridad y eficacia de las “Arvac Cecilia Grierson” en humanos.

“Está pensada para ser un booster, es decir un refuerzo”, explicó Peirano y estimó que se podrá utilizar para ampliar el calendario de vacunación “incluyendo una vacuna regular frente al coronavirus”.

En ese sentido, destacó la importancia de que esa vacuna regular “sea diseñada, producida y aplicada en Argentina, y también en América Latina y en otros países del mundo”.

Por otro lado, el funcionario remarcó que la vacuna en desarrollo “Arvac Cecilia Grierson” no es el único proyecto, sino que “hay otros en marcha que vienen atrás y los estamos terminando de evaluar para darle un apoyo fuerte, el apoyo de los recursos necesarios para atravesar la fase preclínica”.

“Así que la Argentina ahí tiene un potencial donde la vacuna sin duda es salud, pero también es desarrollo, es capacidad de presentarnos al mundo y contribuir con algo que es muy necesario hoy por hoy”, finalizó.

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Argentina desarrolló una “superharina” fortificada en proteínas y fibras que pronto estará en el mercado

El INTI y la empresa nacional Morixe desarrollaron el nuevo producto, que tendrá un alto aporte nutricional en proteínas y fibras naturales y podrá utilizarse para elaborar alimentos de uso común como panificados, pastas, pizzas, empanadas y masas, entre otros.

El objetivo es mejorar el perfil nutricional de las harinas, ya que, según un informe publicado por la Asociación Latinoamericana de Industriales Molineros, Argentina y Uruguay son los países de la región con mayor consumo per cápita de harina de trigo, alcanzando una cifra aproximada de 90 kilogramos anuales.

Así, la empresa argentina Morixe junto con el INTI crearon una premezcla para panificados fortificada en proteínas y fibras.

“Buscamos obtener un producto que en lo que se conoce como una porción de pan (equivalente a 50 gramos) aporte proteínas con un determinado perfil de aminoácidos establecidos por Naciones Unidas. Para lograrlo, tuvimos que sustituir parte de la harina de trigo por otras materias primas como arveja amarilla, soja y derivados tanto lácteos como de huevo”, detalla Mariana Sánchez, coordinadora de proyectos de desarrollo vinculados a alimentos en el INTI.

“Además está elaborado en su totalidad con ingredientes nacionales, sin aditivos químicos o de síntesis y si bien su precio estará por encima de la harina leudante de la marca, este producto no es comparable porque tiene componentes fortificantes que lo hacen más costoso. Sin duda, en términos de costo-beneficio, será la harina más competitiva del mercado, y comparado con el costo de las proteínas cárnicas, la conveniencia es mucho mayor aún”, agrega Rafael Caderosso Tobler, director comercial de Morixe, empresa de alimentos que nació en 1901 y que tiene como misión la producción y comercialización de alimentos de alta calidad a precios accesibles.

El nuevo producto estará disponible en supermercados y dietéticas de Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Para su desarrollo se trabajó durante un año en su formulación y actualmente Morixe la produce en su planta de Benito Juárez, provincia de Buenos Aires.

“Con este lanzamiento buscamos aportar una alternativa versátil y accesible por su bajo precio relativo respecto de otros productos de similar valor nutricional, 1 kg de nuestra harina proteica aporta la misma cantidad de proteínas que 1 kg de carne vacuna y un 20% más que 1 kg de pollo”, destaca el directivo de Morixe.

El trabajo se suma a las acciones que viene implementando el INTI para agregar valor a una industria estratégica como es la de alimentos. “Este es un claro ejemplo de que somos un país naturalmente competitivo para innovar localmente y exportar nuestros productos agroindustriales”, concluye Caderosso Tobler.

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Vacuna argentina contra el coronavirus lista para iniciar fase tres

El rector de la Universidad de San Martín, Jorge Greco, aseguró que la vacuna contra el coronavirus que elabora esa casa de estudios en conjunto con científicos del Conicet, está lista para iniciar su fase tres en humanos, para lo cual “están avanzadas las negociaciones con un importante laboratorio para financiar esta etapa”.

“Estamos avanzados mediante un preacuerdo con un laboratorio para el inicio de la fase 3 de la vacuna, las pruebas dieron muy bien, en laboratorio y luego en animales, tuvimos un apoyo muy fuerte de la Agencia de Promoción Tecnológica para conseguir socio estratégico empresario, ya hay un laboratorio interesado”, dijo Greco a radio Cooperativa.

El rector explicó además que “una vez que se firme el acuerdo se iniciarán las pruebas en fase tres y es posible que de acá a un año la Argentina tenga su propia producción de vacunas sin necesidad de negociaciones con laboratorios extranjeros”.

“En el futuro significaría una soberanía científica tecnológica, cuando se alcance la producción de la vacuna que para esta enfermedad, significará que no dependeremos de estas complejas negociaciones con otros productores internacionales”, señaló Greco.

Indicó además que la vacuna que elabora la Unsam “es un mecanismo que estimula que el cuerpo genere los anticuerpos, es una proteína que está incluido en el material genético del virus y ese es el que tiene la capacidad de producir estos anticuerpos del propio ser humano”.

Greco destacó que “desarrollamos la vacuna sobre la base de proteínas puras” y aseveró que en función de la producción y de la fuerte inversión que se requiere para avanzar en fase tres tanto público como privada, “creemos que hasta dentro de un año no estará la vacuna”.

La iniciativa, desarrollada en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín (IIB-INTECH), también se nutre de otras ideas y proyectos que contaron con el apoyo de la Agencia I+D+i.

Un ejemplo de esto es la información que brindan los diferentes grupos de vigilancia genómica del SARS-CoV-2 como el trabajo dirigido por Mariana Viegas, que se propone brindar conocimiento actualizado de las diferentes variantes que circulan en nuestro país en el marco del Consorcio interinstitucional para la Secuenciación del genoma y estudios genómicos de SARS-CoV-2.

Juliana Cassataro es quien dirige el equipo de investigación interdisciplinario que trabaja en el desarrollo de la primera vacuna argentina contra el COVID-19.

La fórmula de esta vacuna se basa en proteínas recombinantes, una tecnología similar a la usada en la vacuna del Hepatitis B o el VPH. Esta propuesta fue seleccionada y apoyada por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) en el marco de la Unidad Coronavirus que integra junto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y el CONICET.

En Argentina, otra vacuna que está en estado avanzado de elaboración, es la que fabrica la Universidad del Litoral, en Santa Fe, con científicos del Conicet.

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El valioso aporte, profesional y técnico, de las Universidades Públicas Nacionales en la lucha contra el coronavirus

La Universidad pública argentina junto a los Centros de Investigación y Desarrollo estuvieron desde el inicio de la pandemia al frente de la lucha contra el coronavirus interviniendo en las dinámicas de innovación no solo como refuerzo de los desarrollos de las grandes empresas y sus vinculaciones sino como reemplazo de estas en varias ocasiones, poniendo al servicio de la comunidad su gran capacidad técnica y profesional.

Según señala el artículo “Acción y reacción en época de pandemia: La universidad argentina ante la COVID-19” publicado en la Revista de Educación Superior en América Latina, “la denominada “Unidad Coronavirus” dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación buscó promover el uso de las capacidades de desarrollo de proyectos tecnológicos, recursos humanos, infraestructura y equipamiento para realizar tareas de diagnóstico e investigación sobre la COVID-19. Dentro de sus acciones se encuentra la actividad de I+D, a través del concurso de fondos competitivos para la investigación. En particular, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación realizó una “Convocatoria Extraordinaria Ideas-Proyecto COVID 19”, para la asignación de fondos a proyectos por un valor total de 5 millones de dólares con financiamiento del BID”.

Es de público conocimiento que durante el gobierno anterior hubo un bajo nivel de inversión destinado a la actividad de Investigación y Desarrollo por lo que esta convocatoria implicó “un estímulo muy importante para los grupos de investigación. Cabe al respecto tener en cuenta que los montos a asignar por proyecto ascendieron a 100 mil dólares. La respuesta del sector universitario a este concurso de fondos fue notable. En el corto lapso entre el 27 de marzo y el 10 de abril de 2020, se presentaron 900 ideas-proyecto”. En ese sentido, el artículo señala que dentro de esas ideas estuvieron presentes, con uno o más proyectos por universidad, 46 universidades nacionales, 2 provinciales y 13 privadas y que de estos 900 proyectos, fueron seleccionadas 64 iniciativas, entre las que se encuentran aquellas presentadas por 17 universidades nacionales y una privada.

En el mes de marzo, inicio de la cuarentena en el pais, las Facultades de Ciencias Bioquímicas de distintas universidades públicas comenzaron la producción propia de alcohol en gel para abastecer a las unidades académicas y a la comunidad en general, como así también la producción de máscaras de protección con impresoras 3D.

Luego la universidad pública puso a disposición sus laboratorios y sus profesionales altamente capacitados para realizar los testeos de covid 19 en distintos puntos del país. En esa ocasión Delfina Veiravé, Rectora de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), expresó: “Creemos que el aporte de la universidad es muy importante, porque ayudaría a descomprimir el trabajo en Salud Pública, que tiene que continuar atendiendo otros casos, y no solamente los relacionados al Coronavirus”.

Durante el mes de mayo distintas universidades se encontraban realizando prototipos de equipos de asistencia mecánica respiratoria. Esos respiradores se utilizarían para contagiados de Coronavirus de baja y mediana complejidad, y complementarían a los tradicionales, permitiendo que estos últimos se reserven para casos críticos en el caso de escasez de equipos.

En junio investigadores de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), junto a la participación de sus empresas de base tecnológica crearon un novedoso test molecular ELA-CHEMSTRIP que permitió identificar el patógeno que causa la enfermedad Covid-19 de manera más rápida y menos costosa que otros del mercado, lo que posibilitaría su producción masiva. El test de diagnóstico está hecho con producción nacional e informa mediante una tira reactiva si el paciente está infectado, presente o no síntomas.

Meses después llegaría un gran progreso para el tratamiento del coronavirus de la mano de la aprobación por parte de la ANMAT del uso del suero equino hiperinmune anti-SARS-CoV-2. Este tratamiento es de aplicación en pacientes adultos con enfermedad moderada a severa de COVID-19 y evidenció un beneficio clínico considerable, la disminución de la necesidad de internación en terapia intensiva y de asistencia respiratoria mecánica. Esta es una inmunoterapia basada en anticuerpos policlonales equinos con gran capacidad neutralizante anti SARS-CoV-2. Se obtienen utilizando como antígeno una proteína recombinante del virus, la cual se produce mediante técnicas de biotecnología. El medicamento se logra a partir del procesamiento de los anticuerpos, generando fragmentos con alta pureza y buen perfil de seguridad.

Finalmente, un grupo de investigadoras interdisciplinarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) y la Universidad Nacional del Sur (UNS), redireccionaron sus investigaciones en Ingeniería en Materiales -especialmente en Nanotecnología- y desarrollaron “nanocompuestos” que inactivan el Covid.

Lo que se desarrolló es un ‘material híbrido polimérico-inorgánico’, que tiene propiedades antivirales y desinfectantes por lo que en el momento que termine esta pandemia podrá ser útil también para otros virus y bacterias.

Con este ‘material híbrido polimérico-inorgánico’ se desarrollo un gel (de consistencia similar a una gelatina) que se impregna en las telas durante el proceso de fabricación. Cuando el virus entra en contacto con el polímero que está en la tela, se produce una interacción química que hace que la membrana del virus quede adherida allí y ya no pueda reproducirse ni contagiar. Esto es de suma importancia para prevenir los contagios, porque es muy común que nos toquemos la ropa y luego llevemos las manos a la cara o los ojos”, explicaba Vera Álvarez, vice directora del Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA) de la UNMdP y directora de este proyecto que fue uno de los seleccionados en la convocatoria del Ministerio de Ciencia y Tecnología para mejorar la capacidad nacional de respuesta a la pandemia.

Estos son solo algunos de los avances que muestran el rol protagónico que tienen las universidades públicas en el desarrollo de nuestro país, ya sea a través de investigaciones pioneras, ayuda social, asistencia sanitaria o desarrollo tecnológico.

Así, la pandemia reforzó la percepción social sobre la relevancia del quehacer científico y el papel de las universidades como productoras de conocimiento y generadoras de soluciones frente a la emergencia sanitaria.

Como las universidades mostraron una rápida capacidad de respuesta, en el futuro resulta fundamental continuar apoyando los desarrollos en ciencia, tecnología e innovación argentinas y la capacitación y perfeccionamiento de los investigadores, científicos y profesionales que luego transformaran estos desarrollos en acciones al servicio nuestra sociedad.

La universidad jujeña se propone un firme financiamiento para el desarrollo tecnológico

Mario Bonillo, Decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNJu, habló con Radio Universidad (unjuradio.com) sobre el proyecto “Jujuy, Investigación + Desarrollo- Ciencia en Contacto”, una nueva línea que tiene que ver con una mirada regional “donde se va a  tener en cuenta a los diferentes sectores de Jujuy en cuanto a las demandas que hay con respecto al desarrollo tecnológico”.

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“Llegan 20 millones de pesos para transferencia tecnológica en proyectos”

Miriam Serrano, Secretaria de Ciencia y Tecnología de la Provincia, participo del acto lanzamiento del Proyecto “Jujuy, Investigación + Desarrollo- Ciencia en Contacto”, en la Facultad de Ciencias Agrarias, en donde explico sobre los aportes desde su secretaria al proyecto, además de referirse a las líneas de financiamiento con las que cuentan para las investigaciones.

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