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Historia Social de la Cultura-9ª Clase-“Las Contradicciones en el Imperialismo”- Mg. Gabriela Gresores

Frente a la segunda crisis que estamos viviendo, nos venimos preguntando, todas las clases, las últimas clases veníamos planteando como frente a estas grandes crisis, la humanidad había desarrollado enormes luchas para pelear por sus derechos, por su igualdad, por derechos políticos, por derechos para los pueblos oprimidos, por derechos para aquellos humillados por el racismo, por la opresión de las mujeres, por la opresión de las diversidades de todo tipo. Frente a la crisis estallan las luchas y eso también lo confirmamos hoy, pero también fuimos viendo como el nuevo sistema de opresión y éste que estamos siguiendo desde su instalación, del capitalismo, que se va desarrollando acompasadamente con la opresión europea a otros pueblos, opresión europea que hacia fines del siglo XIX  va a encontrar la disputa de Estados Unidos, de Japón, de potencias que hasta ese momento no se habían conformado como Alemania. Es decir, que frente a la crisis también hay una respuesta de los poderosos de reciclar el sistema de opresión, de renovar, decíamos la vez pasada, la disputa del mundo. Y esto lo vemos una y otra vez, porque cada vez que el capitalismo entra en una crisis, en este caso que se ven como crisis financieras, como la última en el año 2008, por un lado hay grandes rebeliones y por el otro lado hay nuevas invasiones. En este sentido, tuvimos la participación la semana pasada Rubén Laufer y que de una manera muy interesante trajo a colación aquello que él escribió ya hace varios años, en nuestro libro Reflexiones sobre Historia Social desde nuestra América y el artículo se llama El Imperialismo, Nuestra Época, mostrándonos como la historia desde fines del siglo XIX y siglo XX y ya las dos décadas de siglo XXI, se podría organizar en ciclos de crisis, guerras, revoluciones, reclamos y avances sociales, pero también enormes concentraciones monopólicas y repartos del mundo sucesivos.

Esta historia que se inaugura con esta etapa imperialista a fines del siglo XIX sigue hasta hoy de una manera relativamente equivalente, nada más que ampliada. Los monopolios ya no son sólo varias enormes empresas en un país, por ejemplo lo que se llamaba a fines de siglo XIX los trusts o los carteles del acero o de la carne en Estados Unidos, en Alemania e Inglaterra. En estos momentos son enormes monopolios radicados en distintos países haciendo diversos negocios, no solo una rama, si no que vemos que las empresas aceiteras tienen financieras, tienen campos, pueden tener bancos, pueden ramificarse, pueden tener bares y restaurantes o marcas de cualquier tipo de cosas. Enormes asociaciones patronales que se reparten realmente el mundo, y así la historia del mundo va dando trompicones de guerra en revolución, de crisis económica en concentración y por momentos se hace difícil de explicar. Desde que se sintetizó qué quiere decir imperialismo de verdad y como decía Laufer, muchas veces eso está olvidado ahora y se supone que hay una sola potencia imperialista que es Estados Unidos, aunque difícilmente alguien podría fundamentar eso alrededor del poderío de otras potencias que rivalizan con Estados Unidos como China en particular, pero también Alemania, decía que desde que se sintetizó qué quiere decir imperialismo, y en esto es interesante plantear cuál es su diferencia con el sistema de imperios que ya conocíamos de antes y que se generalizan como imperios europeos en el siglo XV  o imperios de nuevo tipo, podríamos traer lo que dice otro autor que estudia el imperialismo hacia fines del siglo XIX  qué es  Hobson que plantea que la diferencia con el imperio es que, a diferencia de ser un solo imperio dominando una región, por ejemplo  el imperio inglés sobre la India o el imperio español en América,  con su dominio político completo, sus funcionarios, sus ejércitos, su sistema económico, para drenar la riqueza de la colonia hacia la metrópolis, el sistema imperialistas se trata de potencias relativamente iguales que disputan entre sí por el mundo, incluso por pedazo de la economía de países dependientes, que ya no son colonia, qué son países independientes políticamente, que tienen sus gobiernos, pero en donde las grandes potencias se dividen en esferas de poder y esferas de negocio dentro de ese mismo país.

El caso de la Argentina, en ese sentido, es bien interesante porque parecería que todas las potencias tienen intereses en nuestro país, desde por supuesto, el imperialismo norteamericano con sus financieras, pero también las empresas que fueron de monopolios vendidas en la década del 90, monopolios de la comunicación, de la telefonía, del gas, de la luz, a los franceses, a los españoles, las ventas en su momento de Aerolíneas, de YPF a empresas españolas. Entonces son parte de esta forma de dominación entre los grandes capitales se dividen las esferas de influencia de nuestro país, ni que decir hoy la presencia del imperialismo chino en nuestras tierras. Decíamos  que desde que se  sintetizó como una teoría, cómo funcionaba el sistema imperialista no sólo como un sistema territorial de dominación, sino particularmente como un sistema político, militar, social y económico de dominación, se hicieron inteligibles, es decir posibles de pensar a partir de criterios racionales y cognoscible, procesos que hasta ese momento se explicaban por elementos arbitrarios, como pueblos civilizados y salvajes. Los civilizados, aquellos que eran ricos con derecho a dominar y a proteger, entre comillas, a los pueblos salvajes, pero también pueblos jóvenes o viejos, pueblos de sangre fría y sangre caliente. Cuando no por explicaciones religiosas, pueblos protestante supuestamente laboriosos, pueblos Papistas, se decía en esa época, inclinados a la adoración y a la contemplación, pueblos  laboriosos y vagos, pueblos cultos e incultos, diferencias que explicaban mal estas diferencias entre pueblos ricos, es decir con mucho capital y pocos recursos naturales y pueblos pobres, con muchos recursos naturales y enormes riquezas naturales y humanas, pero que no estaban en condiciones ni siquiera de alimentarse asimismo. Estas definiciones arbitrarias, y que tenían que ver con concepciones místicas de la realidad, pudieron ser verdaderamente explicadas por la teoría del imperialismo.

Esta teoría que plantea entonces, cinco características, que fueron las que número Laufer en su clase pasada, como aquellos que sintetiza Lenin en su texto El Imperialismo, Etapa Superior del Capitalismo, en cinco rasgos principales, por un lado el surgimiento de los grandes monopolios, en aquella época de principios de siglo XX se llamaban trust y carteles, porque eran asociaciones de grandes empresarios. Hoy son enormes monopolios que ya no se asocian sino que sólo compiten. Estos monopolios son el resultado del proceso de concentración descomunal de capital, de materias primas, de producción, de empleo de energías y de fuerzas del trabajo.

El segundo elemento es el surgimiento del capital financiero. Este capital financiero del cual conocemos tanto porque leemos todos los días, y la renegociación de la deuda, y si el fondo monetario internacional y todo aquello que tiene que ver con una enorme masa de riqueza virtual, es decir que no existe en todos lados pero que se vende y se compra en las bolsas del mundo todos los días, y que para lo que se inventó, es para financiar las empresas, con la fusión  del capital industrial y del capital bancario, pero que es autonomizado de la producción y que sólo tiene que ver con negociar plata para negociar plata, y qué ha generado esta situación tan al borde del abismo, por la cual hoy se compra y se vende riqueza por más de lo que esa riqueza vale, es decir que se compran acciones de empresas que en sí mismas no tienen ese valor. Por lo tanto es una enorme nube de fantasía, que cuesta mucho dinero, pero por la cual los pueblos pagan con su trabajo una y otra vez, una riqueza que nunca les ha llegado.

El tercer rasgo es este elemento justamente, de que lo que se negocia en el mundo son capitales y ya no fundamentalmente bienes. Predomina la exportación de capital, de inversiones, de los monopolios imperialistas en el extranjero, más allá de lo que se compra y se vende. Se compra y se vende dinero.

El otro elemento es el reparto económico y la disputa de los mercados nacionales y mundiales por parte de los monopolios capitalistas. Las empresas disputan entre sí y en función de eso hacen verdadera guerra, algunas territoriales, otras políticas, otras judiciales, disputan centímetro a centímetro la economía de cada una de nuestras naciones.

Y el último rasgo, es el reparto territorial, el que parece el único pero no es el único, pero que sí está presente el reparto territorial de colonias  de esferas  de influencia entre potencias imperialistas. El peso en cada momento y en cada región de una potencia, decide y define gran parte de la política del país que la recibe. Se harán negocios más energéticos si a la potencia le interesa la energía, se harán negocios con materias primas, se harán negocios mineros, se harán negocios portuarios. El destino de estos países al compás del deseo del imperialismo.

Como decíamos las últimas clases, hacia fines del siglo XIX la crisis del sistema capitalista, las primeras crisis hacia 1870, la de 1890 que quebraron todas las bolsas europeas, se intentó resolver con bastante éxito  dividiéndose a pedazos el mundo. Ya dijimos la expansión de las repúblicas sobre los territorios indígenas en América, y la dependencia de sus oligarquías con esos imperialismos que derivó en grandes ganancias de estas expansiones .el reparto de África, el reparto de Asia.

Así el mundo de fines del siglo XIX es un mundo completamente repartido fundamentalmente entre imperios coloniales y colonias. En aquellos lugares donde no habían podido reconquistar como en el caso de América, los países van a ser independientes, pero sin embargo la influencia de este nuevo imperialismo va a redundar en que sean independientes políticamente pero que se vayan enlazando cada vez más a los intereses imperialistas. La presencia inglesa, francesa, alemana, belga, suiza y después el aluvión a principio de siglo XX del imperialismo norteamericano intentando mantener para sí el territorio americano, va a asignar el destino de nuestros pueblos, países independientes, países dependientes.

También la  ocupación física de parte de los territorios va a ser que aun no siendo completamente colonias, se conviertan también en lo que se conoce como semicolonias, es decir países independientes pero con apéndices, como en el caso de la división de Panamá y Colombia para que los norteamericanos hicieran su canal. Incrustaciones coloniales en países independientes como las Islas Malvinas, otros todavía como en Centroamérica que todavía tienen posesiones coloniales. Así se va configurando un mapa complejo, que a fines de la segunda Guerra Mundial logra plantar en la escena mundial, su reivindicación de independencia y aquellas colonias van ser revoluciones de distinto tipo que van a llevar a un mundo prácticamente descolonizado cómo es el mundo de hoy. sin embargo la impronta colonial no ha pasado. Los países independientes siguen teniendo el imperialismo en su interior, siguen enlazados.

Así Rubén Laufer describe, en este mundo imperialista, tres grandes tipos de conflicto, por un lado el concepto clásico del imperialismo, qué es la de las distintas potencias peleando entre sí por el reparto del mundo, de las esferas de influencia, del poder, incluso decíamos dentro de un propio país disputando quién va a orientar el sentido principal de los negocios. La contradicción típica del capitalismo, qué es que en función de que el imperialismo exporta capitales, es decir relaciones capitalistas y las expande mucho más allá de sus propias fronteras, el sistema capitalista de producción se expande, se expanden las industrias y se expande la clase obrera la contradicción entre los obreros y sus burguesías, se generaliza a escala mundial

Y por último, el tercer gran conflicto, es el de las potencias imperialistas repartiéndose el mundo y estos pueblos, naciones, países que pelean incansablemente por su independencia, ya sea la independencia política como las guerras de independencia del siglo XX de China, de Corea, de Vietnam, de Cuba, como las revoluciones que también intentaron sacudirse el imperialismo de su interior, como la revolución boliviana, las revoluciones anticoloniales como la de India y tantas otras, que hacen que hoy el fenómeno estrictamente colonial este reducido a sólo algunos puntos que por alguna razón, los grandes imperios o los viejos imperios no sueltan, la Base de Guantánamo, El peñón de Gibraltar, las Islas Malvinas.

En cada momento nuestra historia está signada por este ciclo de rebeliones y estos ciclos de crisis y de ofensiva sobre nuestros países en función de extraer hasta la última  de nuestras riquezas. En esta lucha de todos los días, aún en el seno de esta pandemia en la cual estamos todos involucrados, esta pelea se da minuto a minuto.

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Historia Social de la Cultura-8ª Clase-“El Imperialismo-Nuestra Época”- Mg. Gabriela Gresores

Varias veces nos preguntamos ya, para que estudiar historia, y para qué estudiar historia en esta crisis. Y la verdad que este enorme libro, que parece que estuviéramos escribiendo en el 2020, en donde cada día trae un suceso histórico fundamental para el futuro de la humanidad y que nosotros mismos estamos protagonizando día a día, parece darnos la razón en el sentido de que las mismas preguntas que venimos haciéndonos en cada clase, se van actualizando en cada momento. Estuvimos hablando de la modernidad y cómo se crea este hombre europeo, blanco, propietario y su supremacía, estuvimos hablando del colonialismo y del racismo, y cómo las razas no existían antes que Europa se lanzará la conquista del mundo, como es un invento desgraciado del siglo XVII  y como esta historia de conocer, nos sirve para pensar, para acompañarnos, para consolarnos en la desolación de los horrores del mundo y para darnos esperanzas cuando vemos que siempre hay otra respuesta, que la historia  ha dado otras respuestas, las personas en realidad, a lo largo de la historia, han dado otras respuestas y que hay otros caminos para tomar.

Un estudiante me preguntaba ayer sí con estos hechos en los Estados Unidos se estaba diciendo que Estados Unidos era racista. Y yo pensaba en un video que también está circulando estos días, muy interesante, es una entrevista a Angela Davis dirigente norteamericana, negra de los años 60, presa durante casi toda su vida,  en dónde decía que desde que el primer europeo secuestró a la primera persona en África para llevarla y convertirla en negro en Estados Unidos, y violentar sus propios derechos para siempre, y esto que ocurre desde hace 500 años hasta el día de hoy es un desafío para los historiadores.

En este momento, entonces, que venimos hablando de crisis y emergencias, venimos hablando de cómo la humanidad ha salido de sus crisis y de sus emergencias mediante dos caminos, por un lado vimos las últimas clases, las revoluciones burguesas, la formulación de los derechos humanos y de los ciudadanos, la ampliación de derechos y como estos derechos finalmente quedaban acotados a sólo una parte de estos individuos, que ya dijimos eran básicamente masculinos, blancos, europeos, propietarios y por y otro lado, frente a esto, las enormes rebeliones obreras, campesinas que van fundando otros derechos ,para otros sectores de esta población y generan los sindicatos y también como aquí en Jujuy hacia fines del siglo XIX, esta época que estamos revisando ahora, estos enormes cataclismos que conocemos como Batalla de Quera, pero que en realidad son rebeliones a escala regional, a uno y otro lado de la frontera boliviana que todavía no estaba consolidada y qué sirve para que las poblaciones indígenas recuperen en una parte el control de sus propias tierras. Rebeliones como forma de resolver la crisis y de avanzar en los propios derechos y también  opresiones, por qué a fines del siglo XIX  la crisis del capitalismo, recién nacido porque no tenía ni un siglo como sistema impuesto, lo lleva a una nueva expansión y a la nueva rapiña, a un nuevo reparto del mundo que en América genera, que América quede completamente expropiada a los indígenas, cosa que los ibéricos no había logrado hacer lo hacen los Estados Republicanos. También que se supriman los intentos de otro tipo de Estados independientes del capital internacional, como el caso de Paraguay.  Y también hacia fines del siglo XIX que se repartan Asia y África, como por ejemplo en 1854. Y también que Europa se lance a la nueva rapiña descontrolada, como muestra una bella película de Tom Cruise que se llama El Último Samurái, que muestra como el capital internacional se hace cargo de Japón y la lleva a una etapa imperialista. Y como a fines del siglo XIX, en la conferencia de Berlín, se reparten África como si fuera una torta, pedazo a pedazo, en una conferencia donde se decide el destino de todo un continente, sin que  estuviera una sola persona africana para levantar la voz.

Vemos hoy como frente a el racismo que queda al descubierto, como este mecanismo de relojería despanzurrado y se vandalizó la tumba, el monumento al rey Leopoldo de Bélgica, que fue uno de los paradigmas del colonialismo en el Congo Belga, cómo se llamaba en ese momento. Es decir frente a la crisis, dos caminos, las rebeliones o el reparto del mundo.

Por eso invitamos a Rubén Laufer, que es el autor del texto que usamos en la cátedra que se llama “El Imperialismo, nuestra época”, porque entendemos que esto que se origina a fin del siglo 19 sigue vigente hasta hoy.

Buenos días a todos, mi nombre es Rubén Laufer, soy profesor de posgrado en la Universidad de Buenos Aires, gracias a la profesora Gabriela Gresores que me invitó a dar esta pequeña participación en sus clases. Me convocó a hablar sobre el tema del imperialismo, entiendo que muchos de ustedes habrán leído o tendrán a mano el artículo “El Imperialismo, nuestra época” de mi autoría e incluido en el libro Reflexiones sobre la Historia Social de Nuestra América,  aquí están  algunas de las cosas de lo fundamental que quisiera decir brevemente, en este caso me gustaría empezar con una reflexión, incluso con una lectura, hace un par de días leí un artículo de un periodista español Isidre Ambrós, que dice a los europeos, se refiere a los países europeos, a las potencias europeas, la crisis la pandemia coronavirus les ha demostrado la necesidad de modificar su diálogo con China Europa debe corregir el rumbo y proteger su autonomía técnica industrial y tecnológico frente al gigante asiático, mientras que este,  apuesta por la globalización y el multilateralismo. Esa decisión europea, dice este periodista, debería desembocar en una mayor autosuficiencia en determinados sectores industriales y por lo tanto en una disminución de inversiones europeas en China, y yo agregaría, y una disminución de las inversiones chinas en Europa que es lo que les preocupa tanto. El artículo continúa, China hace años que juega a dividir a  los países europeos a su conveniencia, con una diplomacia  cada vez más proactiva y tentadoras ofertas de cooperación económica. Hay que recordar, entre otras cosas, que el año pasado, 2019, China fue definida por la Unión Europea como rival sistémico de esa Unión de países, de potencias de Europa. Otro de los elementos de reflexión que quería incorporar es , ustedes sabrán que la situación se está recalentando en el extremo Oriente, justo frente al territorio chino, precisamente donde en Hong Kong se acaba de aprobar una ley de seguridad nacional, la Ley se acaba de aprobar en el parlamento de China continental no la legislatura de Hong Kong, con lo cual prácticamente determina el fin de la autonomía de ese territorio, que fue durante un siglo y medio colonia de Gran Bretaña y dónde esa autonomía estaba consagrada bajo la fórmula de “un país, dos sistemas” desde que recuperó, digamos así, su pertenencia a la soberanía china pero bajo la protección  de autonomía en el año 1997.

Hay que decir que China tiene larga razones para reclamar la pertenencia y soberanía sobre Hong Kong, pero hay que tener en cuenta que Gran Bretaña la dominó durante 150 años y hay que tener en cuenta también, que Estados Unidos trató, y sigue tratando, de convertirla en una especie de portaaviones de su poderío en la región, para limitar, para poner coto a la influencia de China en el este asiático, para amenazarla también militarmente y en función de eso, alienta el separatismo. ¿Por qué hago referencia a estas cuestiones de Europa, de China, de la situación de Hong Kong, de los intereses de Estados Unidos? Porque uno debe preguntarse ¿por qué tanto auge de la geopolítica en estos últimos años, de qué hablamos cuando hablamos de geopolítica?  Y estamos hablando de estrategias, planes, avances y retrocesos de las grandes potencias, que aunque como todos sabemos, son las absolutas minorías de los países y de la población mundial frente a los países del comúnmente llamado tercer mundo, representan sin embargo, la fase máxima del desarrollo al que el capitalismo llego desde fines XIX, es decir la fase monopolista, la fase imperialista del capitalismo y porque respecto de esto, es probable que todos seamos conscientes de que existe un amplio debate en el campo académico, también en el periodístico, en el empresarial, en  el estatal en el que la gran mayoría de los intelectuales, comentaristas y demás, separan la política de su base económica, aíslan los rasgos político del imperialismo y entonces el imperialismo sería sinónimo de agresividad de algunas potencias, del expansionismo territorial de fondo. Muchos de ellos piensan que estas características se reducen sólo a los Estados Unidos, pero en realidad ¿qué buscan Estados Unidos, China, Europa? ¿Qué es lo que necesitan? ¿Por qué vuelvo a preguntar tanto auge de la llamada geopolítica? Y bueno necesitan y buscan lo mismo, aunque en otras condiciones, en otro clima todavía, por ahora, en el mundo, lo mismo que buscaba y necesitaba el imperialismo de la Alemania nazi de Hitler, y que Hitler llamó en forma sintética “espacio vital”. Él decía que Alemania necesitaba un espacio vital para expandir sus intereses, para mantener su vigencia, para lograr de fondo la hegemonía mundial y que con el espacio ella tenía, el espacio territorial reducido a Alemania y a sus escasas colonias en el mundo. La economía y el poderío alemán se asfixiaban, de allí venía esa denominación de espacio vital. ¿Qué es lo que determina la necesidad, la acuciante, esa necesidad de las grandes potencias por conseguir ese espacio vital, armar, crear áreas de influencia en el mundo etcétera, etcétera?  Y en primer lugar hay que tener en cuenta que el poderío de esas grandes potencias radica fundamentalmente en sus grandes corporaciones industriales. No olvidemos que las grandes empresas de hoy ya no son los talleres o las empresas de la primera etapa de la Revolución Industrial de fines del siglo XVIII principio de siglo XIX en Gran Bretaña, sino que ahora necesitan convertirse para competir, tanto en los mercados  internos como especialmente en los internacionales, necesitan concentrar, concentrar su capital, concentrar materias primas, concentrar energía, concentrar fuerza de trabajo. Es decir se han convertido en lo que llamamos monopolios, o que vulgarmente suelen ser llamados también corporaciones, con un grado de concentración tal que necesitan también en función de su reproducción ampliada, ampliar precisamente, en forma permanente, la dimensión de sus inversiones, de sus capitales, etcétera. Para lo cual ya no son suficientes las meras industrias, esas mismas empresas y necesitan acudir a los bancos. Allí se empieza a producir históricamente hacia fines del siglo XIX y principios del XX esas enormes fusiones entre los bancos y las industrias. Que dan origen a lo que Lenin en su momento llamó  “el capital financiero”, enormes concentraciones de capital, con enorme poderío, con enormes influencias en los gobiernos nacionales y también y de gobiernos  extranjeros y también generando un proceso de reforzamiento de la misma concentración y así como dijimos que se concentran capital se concentra la fuerza de trabajo etcétera también se concentran las ganancias de esas grandes corporaciones y por lo tanto aparece la necesidad de invertir, ya no en los marcos de la sociedad nacional sino en el extranjero. Lo que se llaman exportaciones de capital, antes conocíamos, antes me refiero principio o mediados del siglo XIX y principios del XX, conocimos las grandes exportaciones de capital o sea las grandes inversiones extranjeras, por ejemplo la de ferrocarriles o los frigoríficos británicos, después  conocimos la de Estados Unidos, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial. Ahora  se habla mucho de la presencia inversora de China.

 ¿Qué es lo que tenemos que tener presente con esto? Que la presencia de empresas e inclusive de bancos, de préstamos de las grandes potencias en el extranjero, significan la succión de plusvalía de otros países. Uno se pregunta y ¿en qué radica tanto poderío de Estados Unidos, cómo hacen las grandes potencias como Estados Unidos, como las europeas, como el Japón, como China hoy para acumular tantos capitales en sus reservas y tener tanta potencia inversora?  Bueno hay que saber que una enorme masa de esa acumulación proviene justamente de la explotación de otros países a través de las inversiones en el extranjero. Al mismo tiempo para asegurarse mercados para sus ventas, para asegurarse mercados para proveerse de materias primas para sus industrias, para asegurarse mercados externos para proveerse de alimentos para su población, para asegurarse el campo de inversión, vemos que se generalizaron también desde principios del siglo XX dos grandes repartos. Por un lado las grandes corporaciones o monopolio rivalizan y se reparten los mercados mundiales, por el otro lado las grandes potencias disputan y se reparten las dos cosas, áreas de influencia, área de inversión, áreas donde garantizan mercados de venta y de aprovisionamiento para sus grandes corporaciones etcétera. Es decir estamos en presencia de una situación en que la necesidad de ese espacio vital que mencionamos al principio va tiñendo gradualmente y en forma creciente la situación del mundo, especialmente en algunas coyunturas.

En alguna época esto se manifestaba principalmente a través de la ocupación, de la esclavización de colonias por parte de las grandes potencias, por ejemplo en África, por ejemplo en Asia. Después cuando se generalizó el proceso llamado de descolonización, después de la Segunda Guerra Mundial se generalizaron formas nuevas de opresión y de dominio de otros países a través de la dependencia comercial, de la dependencia financiera, es decir de lo que podríamos llamar una ocupación entre comillas de otros países a través de inversiones de préstamos, de la forma de ayuda entre comillas, y de cooperación entre comillas, de los swap, estos intercambios monetarios que se generalizaron con China en la actualidad, etcétera, etcétera.

 No es sólo China la que lo hace, hoy sigue siendo una gran potencia mundial Estados Unidos, aunque algunos mencionan o destacan los rangos de declinación  que tiene su economía, están las grandes potencias europeas, está Rusia, está Japón y otras, cada uno de las cuales procura formar su propia área de influencia a escala mundial, pero así como las áreas de influencia crecen, van ocupando espacio geográfico o geopolíticos, como decíamos al principio, cada vez más amplios, también llega un momento en que se tocan, en que chocan, en que generan los fricciones, rivalidades de intereses y del mismo modo en que la etapa monopolista del capitalismo generalizó o podríamos decir internacionalizó el comercio, internacionalizó los mercados,  internacionalizó la tecnología, etcétera, también vemos que se internacionaliza la rivalidad entre las grandes potencias y entre sus respectivas esferas de influencia y finalmente se internacionaliza la forma en que las   grandes potencias necesitan materialmente dirimir, dirimir esas divergencias, esas disputas cuando ya la mesa de negociaciones se torna insuficiente.

Hoy por ejemplo todavía no se habla de guerra, pero sí se habla del resurgimiento de una guerra fría, hoy Estados Unidos y China empiezan a chocar ya sea  por cuestiones tecnológicas, por quién domina la tecnología, quinta generación de las comunicaciones, ahí está Huawei y su disputa con las compañías norteamericanas. Por ahora esta es una rivalidad comercial, pero nada garantiza que esa rivalidad, por ahora comercial no tome tintes cada vez más violentos y se transforme en algún momento en otra cosa. Pero eso será quizá motivo de una nueva charla, les agradezco su atención.

Nosotros agradecemos a Rubén Laufer, autor de este texto tan bello, uno de los que más les gusta a los alumnos de nuestra cátedra “El Imperialismo, nuestra época” porque entendemos que esto que se inicia a fines del siglo XIX  también es una apuesta de presente y de futuro, ya que frente a esta terrible crisis del sistema imperialista, nuevamente se presentan estos dos caminos que están  jugándose día a día las grandes rebeliones que se están expandiendo, algunas las conocemos, como las de Estados Unidos, otras no las conocemos, algunas todavía relativamente insuficientes en nuestro país también frente a estos abusos que hay sobre las poblaciones y frente a la situación de crisis agravada por la pandemia, y frente a está imperialismo que intenta salir de su crisis por tres movimientos que llevan una y otra vez al desastre, por un lado por el reparto tremendo del mundo y de sus influencias en medio de la crisis lo siguen haciendo, y esto por supuesto traba la posibilidad de encontrar una cura, de que los pueblos puedan salir más rápidamente del sufrimiento que se está creando, de la enorme concentración de las empresas y como estas enormes empresas tratan de repartirse el mundo, como esta empresa Tesla de automóviles, que hizo en medio de la pandemia su primer viaje privado fuera del espacio, pero que también desembarca en América, en este caso en Brasil con la mira en Bolivia y el litio. Concentración entonces de las grandes empresas para llevarse la riqueza de los países dependientes y también, y esto lo vemos día,  esta enorme presión de las empresas por bajar el costo de la fuerza de trabajo, porque la población pierda sus derechos o al menos para que todo paguemos los costos, como esta subvención que ha hecho en este momento de crisis el Estado sobre empresas que no tienen pérdidas para descargar sobre todos nosotros el costo de los salarios de sus trabajadores.

Como vemos dos caminos frente a la crisis.

 

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